“Alguien debió conservar
y cuidar con amor
este jardín de gente”
L. A. Spinetta
Juan, un conocido, un amigo; uno de esos conocidos que son un poco amigos. Una idea, un loco lindo, Juan y su palabra, pausada y suave, como el perfume de las mañanas de algún jardín posible…
En Ciudad Oculta, aquella ciudad que en el `78, fue cercada por un paredón para que la gente que venía al mundial no se diera cuenta que detrás de palcos, sonrisas y goleadores vivían perros cada vez más flacos, hombres y mujeres sin trabajo y algunos patios sin lugar para las flores. En esa ciudad, tan llena de oscuridad, sombras, botas y pasillos, se despierta: “ La Milagrosa ”.
8km caminando de ida para el lado del centro de la capital para juntar 300kg de cartón y otros 8km caminando con un carro ya cargado para dejar el peso en la casa / casa–depósito / casa – radio / casa – proyecto / casa – jardín
8km caminando de nuevo, juntando cartón, revolviendo mierda de otros, botellas, basura y de vuelta para la casa, cargado con 300kg de ese bulto gris que solo desprendería centavos.
8km caminando por tercera vez desde el sur al norte de la capital, con un carro, sin caballo, con anhelos de proyectos, con cuatro años por delante. 1095 veces por año. 383.250 kilos de cosas en un año; que ustedes, yo, mi viejo, mi hermano, mis otros amigos y amigas, tiramos a la basura. 1.533.000kg de basura torpe pero reciclable…
“Son chorros”; “son todos negros”; “No progresa el que no quiere” escuché por ahí cuando comente sintéticamente que Juan, había armado una radio juntando cartón. “¿Cuántos de ustedes, yo, nosotros, seríamos capaces de progresar en esas condiciones?¿ tus manos soportarían el filo de chapitas, botellas y algún vaso roto? o ¿aguantarías el frío de la ropa mojada por una lluvia sin pronóstico? Podrías soportar esto, todo esto, todos los días todo esto. .. Solo por soñar?”
8km caminando de ida hacia el lado del obelisco (tan lejano de las tierras donde viven los Elefantes), recordando por momentos el color rojo de las calles de Misiones, el dolor en el pecho, la incierta realidad que se filtra de a ratos.
Llueve, acabo de prender la estufa al máximo. Un día como este, con el barro que se junta a la salida de La Oculta , sin magia ni rezongos se ponía las botas de lluvia y los músculos del brazo se tensaban hasta que el carro se movía lentamente por el camino fangoso.
¿Qué siente un cartonero que carga 300 kilos de papel, botellas y cartón cuando está por pasar un lomo de burro? ¿Qué hace cuando se le pincha una rueda con el carro cargado?
8km hacia el norte de la capital… …8km de vuelta con 300kg de cartón tirado por nosotros, los del otro lado; los que decimos “No progresa el que no quiere”.
Juan, todavía tiene los carros, ahí juntito a la radio 100.9 que puso en su casa después de juntar más de 1 millón y ½ de kilos de basura.
La puerta de hierro de la radio, que es también casa, es como el agujerito de la cerradura desde donde se puede ver el jardín. Pasando por allí, vive con varios hijos y amigos; con su señora que lo vio irse durante cuatro años y lo esperó con guisos y abrazos, y aún hoy se emociona cuando le manda saludos a ella y a todas las cocineras del obrador. Y también está Fabián, tirando cuando no alcanzaba la tensión de los brazos, cuando hay que operar la discreta consola que se acuesta detrás de la pecera de “ La Milagrosa ”.
Ahí está la radio para el que la quiera ver, en el medio de la villa, en esa Ciudad que estuvo oculta detrás del paredón para que la gente como yo, como vos, como mi viejo, el burgués venido a menos, el que no sabe, el idiota; no se enfrentaran con esa realidad que duele, que jode porque algo habría que hacer…Entonces mejor no mirar… o seguir mirando pa’ otro lado…
Y hay que decir, también, que esa ciudad, con esa gente, con esas casas frías, y esos perros moribundos, son las que permiten que exista esa otra ciudad, la cercana al obelisco, la del otro lado del muro donde no se escuchan los tiros, ni se conocen los quiscos de los narcos, ni se siente el olor a las jóvenes muertes. Desde esa ciudad con tantos intelectuales y políticos lúcidos tampoco se conoce el sol que se asoma cuando aparece, desde lo incierto, la sonrisa protectora de un ángel llamado Tito… ni se puede escuchar la música que nace de esa milagrosa radio, ni se ve la esquelética antena que se levanta como el pequeño bonete de un gran elefante, ni el cuerpo azul de los trabajadores, ni la luz que nace de la mirada de esos hombres y mujeres buenos que insisten en ser parte de un inmenso jardín, por momento tan invisible por momentos tan real.
El acorazado de bolsillo
Literatura para todos
Revolución por el arte
Espacios de difusión de la Radio del Texto
“clase turista” FM 91.7 Estación Sur / “el bolillero” FM 107.5 Radio Universidad / “Oficio Mudo” FM 90.5 Radio Futura / “Quetren quetren” FM 91.7 Estación Sur
y cuidar con amor
este jardín de gente”
L. A. Spinetta
Juan, un conocido, un amigo; uno de esos conocidos que son un poco amigos. Una idea, un loco lindo, Juan y su palabra, pausada y suave, como el perfume de las mañanas de algún jardín posible…
En Ciudad Oculta, aquella ciudad que en el `78, fue cercada por un paredón para que la gente que venía al mundial no se diera cuenta que detrás de palcos, sonrisas y goleadores vivían perros cada vez más flacos, hombres y mujeres sin trabajo y algunos patios sin lugar para las flores. En esa ciudad, tan llena de oscuridad, sombras, botas y pasillos, se despierta: “ La Milagrosa ”.
8km caminando de ida para el lado del centro de la capital para juntar 300kg de cartón y otros 8km caminando con un carro ya cargado para dejar el peso en la casa / casa–depósito / casa – radio / casa – proyecto / casa – jardín
8km caminando de nuevo, juntando cartón, revolviendo mierda de otros, botellas, basura y de vuelta para la casa, cargado con 300kg de ese bulto gris que solo desprendería centavos.
8km caminando por tercera vez desde el sur al norte de la capital, con un carro, sin caballo, con anhelos de proyectos, con cuatro años por delante. 1095 veces por año. 383.250 kilos de cosas en un año; que ustedes, yo, mi viejo, mi hermano, mis otros amigos y amigas, tiramos a la basura. 1.533.000kg de basura torpe pero reciclable…
“Son chorros”; “son todos negros”; “No progresa el que no quiere” escuché por ahí cuando comente sintéticamente que Juan, había armado una radio juntando cartón. “¿Cuántos de ustedes, yo, nosotros, seríamos capaces de progresar en esas condiciones?¿ tus manos soportarían el filo de chapitas, botellas y algún vaso roto? o ¿aguantarías el frío de la ropa mojada por una lluvia sin pronóstico? Podrías soportar esto, todo esto, todos los días todo esto. .. Solo por soñar?”
8km caminando de ida hacia el lado del obelisco (tan lejano de las tierras donde viven los Elefantes), recordando por momentos el color rojo de las calles de Misiones, el dolor en el pecho, la incierta realidad que se filtra de a ratos.
Llueve, acabo de prender la estufa al máximo. Un día como este, con el barro que se junta a la salida de La Oculta , sin magia ni rezongos se ponía las botas de lluvia y los músculos del brazo se tensaban hasta que el carro se movía lentamente por el camino fangoso.
¿Qué siente un cartonero que carga 300 kilos de papel, botellas y cartón cuando está por pasar un lomo de burro? ¿Qué hace cuando se le pincha una rueda con el carro cargado?
8km hacia el norte de la capital… …8km de vuelta con 300kg de cartón tirado por nosotros, los del otro lado; los que decimos “No progresa el que no quiere”.
Juan, todavía tiene los carros, ahí juntito a la radio 100.9 que puso en su casa después de juntar más de 1 millón y ½ de kilos de basura.
La puerta de hierro de la radio, que es también casa, es como el agujerito de la cerradura desde donde se puede ver el jardín. Pasando por allí, vive con varios hijos y amigos; con su señora que lo vio irse durante cuatro años y lo esperó con guisos y abrazos, y aún hoy se emociona cuando le manda saludos a ella y a todas las cocineras del obrador. Y también está Fabián, tirando cuando no alcanzaba la tensión de los brazos, cuando hay que operar la discreta consola que se acuesta detrás de la pecera de “ La Milagrosa ”.
Ahí está la radio para el que la quiera ver, en el medio de la villa, en esa Ciudad que estuvo oculta detrás del paredón para que la gente como yo, como vos, como mi viejo, el burgués venido a menos, el que no sabe, el idiota; no se enfrentaran con esa realidad que duele, que jode porque algo habría que hacer…Entonces mejor no mirar… o seguir mirando pa’ otro lado…
Y hay que decir, también, que esa ciudad, con esa gente, con esas casas frías, y esos perros moribundos, son las que permiten que exista esa otra ciudad, la cercana al obelisco, la del otro lado del muro donde no se escuchan los tiros, ni se conocen los quiscos de los narcos, ni se siente el olor a las jóvenes muertes. Desde esa ciudad con tantos intelectuales y políticos lúcidos tampoco se conoce el sol que se asoma cuando aparece, desde lo incierto, la sonrisa protectora de un ángel llamado Tito… ni se puede escuchar la música que nace de esa milagrosa radio, ni se ve la esquelética antena que se levanta como el pequeño bonete de un gran elefante, ni el cuerpo azul de los trabajadores, ni la luz que nace de la mirada de esos hombres y mujeres buenos que insisten en ser parte de un inmenso jardín, por momento tan invisible por momentos tan real.
El acorazado de bolsillo
Literatura para todos
Revolución por el arte
Espacios de difusión de la Radio del Texto
“clase turista” FM 91.7 Estación Sur / “el bolillero” FM 107.5 Radio Universidad / “Oficio Mudo” FM 90.5 Radio Futura / “Quetren quetren” FM 91.7 Estación Sur
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